Presentación

 

Me llamo Juan Simeón Canet Gregori, soy escritor e ilustrador de mis libros, y os dejo el contenido de mi obra literaria sobre la evolución psicológica del animal humano.

 

Para sintetizar su amplitud y complejidad ya que son más de cuarenta los libros que complementan la obra, he clasificado su contenido en 3 series, según detallo a continuación:

 

1ª Serie, “Colección de novelas Matriarcado”, novelas.

2ª Serie, “Del Matriarcado al Patriarcado”, ensayos novelados.

3ª Serie, “Tetralogía”, ensayos.

 

Detalle:

1ª Serie, “Colección de novelas Matriarcado”. Treinta novelas dan testimonio al liderazgo que representó la mujer durante al menos ciento cuarenta y ocho mil años de la historia.

Durante ese gran periodo de tiempo de más del noventa por cien del ser humano y que emergió, según mis novelas, en Etiopía hace ciento sesenta mil años, fue la mujer su protagonista. Relato que da comienzo con mi primera novela de la colección Matriarcado y cuyo título es "Uka la chamán".

A partir de ahí, nuevos títulos de la colección de novelas Matriarcado, dan cabida a los asentamientos que ocuparon los homos sapiens a lo largo del mundo conocido.

La llegada de los homos sapiens al continente europeo se encontró con otros homos a los que llamamos neandertales y que ya la habitaban desde hacía al menos trescientos mil años. Pues bien, a estos antepasados dedico varias de mis novelas con títulos tan ilustrativos como "Encuentro con los neandertales" "Convivencia con los neandertales" 'Pintores rupestres neandertales" "Ug el neandertal" "Últimos neandertales en la cueva Foradá" "Llegada de extraños a la cueva Foradá" "Los neandertales abandonan la cueva Foradá" y "Encuentran los neandertales la cueva de Gorham".

Las novelas son todas ellas de humor y ficción histórica cuyos personajes cuentan sus acontecimientos y vivencias día a día con un diálogo fluido y apasionante que junto a mis ilustraciones originales te transportarán a ese lugar tan alejado de la realidad en la que vivimos.

 

2ª Serie, “Del Matriarcado al Patriarcado”, ensayos novelados. Esta nueva serie determinará la transición del matriarcado al patriarcado y se compone de ensayos novelados, tema difícil de afrontar ya que aparte del ensayo literario en sí, se crean personajes que viven dichas vivencias. Así pues, cada ensayo novelado representa la degradación del patriarcado y un paso atrás en la evolución psicológica del animal humano.

 

Cuatro son hasta ahora los ensayos novelados publicados:

 

“I-Fin del Matriarcado” hace 12000 años, “II-Inicios del Patriarcado” hace 11850 años, “III-De Espíritus a Dioses- De chamanes a sacerdotes” hace 5300 años, “IV-De miles de Dioses a un solo Dios”, hace 3430 años. Algunos títulos más se irán publicando a lo largo de esta serie para poder cerrar el círculo evolutivo.

 

3ª Serie, “Tetralogía”, ensayos. La componen cuatro Ensayos Didácticos, y un libro que los complementa, saber: "La Doble Evolución," Política y Esclavitud social," "Religiones, Esclavitud emocional," y "La mentira, mal sistémico de la humanidad,"

 

Describen y justifican el comportamiento humano a partir del Neolítico. Fue a partir de entonces cuando desaparece el Matriarcado y emerge un desencadenante nuevo en la evolución y que daría lugar a los comportamientos totalitarios que representan un patriarcado corrupto y agresivo, camuflado bajo lo sutil para la consecución de sus fines de poder y representados por las tres jerarquías:

 

1ªJer -Religiones

2ªJer - Política

3ªJer -Economía financiera

4 -La mentira

 

1º- Las religiones, con más de cuatro mil de ellas en la actualidad, se reparten ese suculento gran pastel que los débiles emocionales representan, vendiendo a cada uno, según su necesidad y los miedos que tenga, una parcela con felicidad permanente en el más allá imaginario, y que nadie puede ver hasta después de la muerte, claro está.

 

2º- La política y sus políticos, ávidos de poder, inventaron toda clase de estrategias para conseguirlo. Se inventaron nombres, que aún siguen vigentes, para hacer creer que no eran totalitarios, que no eran corruptos, que eran como los demás, nada más lejos de la realidad.

 

3º-Economía financiera, la componen magnates sin escrúpulos y ocultos bajo el poder para no dejarse ver, manipulan a los gobernantes y manipulan a todos los demás sin importarles nada de lo social más que los réditos de sus inversiones.

 

4º- La mentira, nacida como necesaria para consolidar las tres jerarquías. Sin ella no hubiesen subsistido. Esta nueva adecuación evolutiva emanada después del Matriarcado que elevó el engaño existente a la categoría de mentira y dio lugar a la caída de las diosas, emergiendo el totalitarismo, la corrupción y la mentira como forma de vida para mantenerse en el poder.

 

Entender por uno mismo si estos últimos ocho mil años, aproximadamente, de evolución han servido para evolucionar, solo bastaría comparar lo que antes la barbarie fue y lo que es ahora.

  Sobre mis pinturas

Me he valido de la cualidad como pintor para expresar lo que siento ante tanta belleza y me resulta mucho más fácil expresarlo a través de los lienzos que aquí se exponen.

El sentir por la luz y por mi tierra no ha sido una mera casualidad, ha sido la fortuna que me ha brindado el destino por haber nacido en tierras valencianas. Tierras llenas de una luz sin igual y de naranjales.

La admiración inculcada y sentida desde mi niñez hacía un tema tan espectacularmente hermoso como son nuestros naranjales, compendio de tantas variedades, tamaños, formas y colores, repletos de la cálida luz de la mañana, de la tarde, y porque no, de aquella, que, transformada en media oscuridad ilumina con la tenue luz nocturna nuestros campos inundándose de quietud y descanso.

Dar un paseo por nuestros campos en cualquier hora del día sin dejarse llevar por las prisas cotidianas y observar y sentirse observado por esos miles de minúsculos ojos que lo pueblan, atentos en cada instante para echarse a la fuga al más mínimo movimiento sospechoso. A nuestros pies, como sombras de gigantes, se proyectan las de nuestros naranjos, creando la sensación vista a lo lejos, de una enorme sierra dentada con vida propia cambiante al son de la luz que la aviva. Ella, es la encargada de crear espacios oscuros, volumétricas formas y acentuar otras que, al contraste con estas, parecen más luminosas. Si observamos con detenimiento esa proyección de sombras, que pasan por nuestros pies y sobre un camino de tierra, veremos el cálido color con que envuelve a las pequeñas, medianas y más grandes piedrecillas y cómo no, a esas hierbecillas resistentes al paso de los transeúntes, que con su tenaz persistencia aguantan y reclaman una y otra vez el derecho de propiedad sobre la misma, creando un conjunto apastelado de formas y pequeñas figuras. Es, como si de un minúsculo mundo unicolor se tratara. No obstante, y observando aún más detalladamente dichos elementos matizados de un mismo color, si se ven matizaciones de otros colores que, aunque envueltos por la sombra predominante resaltan con resignación sus estandartes de colores. Da la sensación que ese sea el auténtico color de las cosas. Es curioso observar cuan cambiantes son las sombras dependiendo de la intensidad de luz que las rodea. Estas, parecen conjugar con la luz un acuerdo de colaboración y respeto por los espacios ocupados. A su lado, como marcando una línea divisoria entre un mundo y el otro, se dibuja, con la viveza propia de nuestra luz diurna, el mundo de la luz, en donde es preciso si la fijación ha sido intensa, cerrar y volver a abrir los ojos, para que estos se adapten a esa nueva situación de claridad. En dicho espacio, los colores se avivan e intensifican hasta tal extremo que adquieren vida propia. Los colores verdes despliegan toda su hermosura creando un sin fin de tonalidades que, aunque verdes a simple vista, retienen sus matizaciones para aquel que sin prisas las quiera observar. Estas esplendorosas matizaciones de las distintas tonalidades hacen de ese nuestro verde valenciano estandarte de exclusividad. El amarillo, ese amarillo de luz y claridad apastelado en algunos casos, oscuro en otros, brillante he intenso en otros y cómo no, ese amarillo cegador casi blanco que marca con su aparición un día limpio y soleado, o bien marcando como contraluz esas formas con aparente vida propia de las ramas de nuestros naranjos. El azul, qué podría decir de ese color que como colofón del verde y del amarillo configuran las auténticas señas de identidad de nuestros campos valencianos. Y allá en lo alto, y como por encima de todo lo demás, aparece el color blanco. Color, en algunas ocasiones nítido y transparente, con una dulzura que lo envuelve todo, sus distintas tonalidades hacen de él, el maestro, el artífice, el moldeador de esa sin igual obra de la creación que, como hijos predilectos escogió a los valencianos como benefactores de esa magna obra de pureza. ¡Ah!, cuánto se agradece ese espacio de luz que durante los meses de invierno da calor y cobijo a los cuerpos de los agricultores que, cansados por el duro trabajo en él se refugian ocasionalmente. En verano, sin embargo, se agradecen esos lugares sombreados que dan a esos mismos cuerpos resguardo fresco y agradable.

Ese espacio de luz diurna que se proyecta sobre esos campos de naranjales crea ante el espectador que lo observa, una imagen detallista de los colores de las hojas de los naranjos. Estas adquieren tonos y coloraciones distintas dependiendo de su situación y de la incidencia de esa luz que resbala sobre ellas. Vemos en una misma hoja, varias tonalidades. Vemos, siendo verde como es, los bordes y el envés amarillos y blancos otras veces a esa misma hoja con esos u otros colores cambiados, formando entre todas las hojas una gama multicolor cambiante y variada. Las hojas, posadas armoniosamente sobre el árbol con sus distintas formas y posturas, crean un abanico de colores que cubren cualquier esquema imaginario, pero ordenado de tal manera que configuran la esencia de lo sublime.

Las ramas, qué compendio de sabiduría y acierto evolucionó hacia la adecuación sistemática de esos fuertes y a la vez delicados brazos capaces de sostener y armonizar con gracia para mantener vivas a tantas y tantas preciadas riquezas. Su ordenamiento es de mayor a menor tamaño, y su color también varía dependiendo de la incidencia de la luz. Llega del oscuro al claro, y en su composición mantiene cómo no, los colores de su preciada riqueza. La luz, al tropezar con ellas, las orienta con su resplandor hacia lo infinito.

Por la mañana, el roció matinal, que impregna las verdes y oscuras hojas cambiantes de color según la posición en la que se encuentran, hace que las mismas reluzcan con todo el esplendor imaginario. A sus pies, como fieles guardianes de tan hermosa belleza vigilan sin cesar flores y florecillas repletas de cálidos colores que arropadas bajo el espeso y enorme manto que a modo de terciopelo verde lo cubre todo con sus hojas suaves a modo de corazones y que retienen para sí esas minúsculas gotas matinales que empapan con el sudor fresco de la mañana los pies de los caminantes. “Acederilla” o “Agria” cómo aquí lo conocemos, marca con su aparición en los campos año tras año la esperada cosecha.

Qué placer da tumbarse sobre esa alfombra verde y sentir la suave brisa y el embriagador aroma del Azahar, flor entre las flores, de exquisito perfume (Azahar, proviene del árabe al-azahar, cuyo significado es flor blanca), que inunda en primavera todos los campos valencianos. O bien, entrever entre las esplendorosas hojas verdes a esos frutos de apariencia cambiante y de una gama multicolor de menor a mayor tonalidad y dependiendo, claro está, de la hora, de la luz y de la humedad reinante. Me refiero como no a las naranjas: redondas, ovoidales, achatadas; pequeñas, medianas o grandes dependiendo de sus distintas variedades. De sabores claramente diferenciados según su especie, pero todas ellas con el mismo denominador común que diferencia las “valencianas” de todas las demás, ese agridulce especifico propio de nuestro micro clima que es único y diferenciador juntamente con la luz de nuestros campos valencianos.

En lo alto, un cielo limpio, puro y transparente apenas azulado, da paso a esa luz blanca y cegadora, que aviva los colores y da sentir a la vida. Esa luz, tan diferente y especial que nos envuelve, es como sentirse en un espacio protegido y fuera del alcance de tanta polución incontrolada.

Qué agradable se siente uno al dejarse llevar por esa paz y tranquilidad envolvente que le sumergen y lo transportan a esos remansos de armonía añorados y experimentados durante toda la vida. No se duda un instante, en mordisquear uno de los tallos de ese acristalado amarillo verdoso que te rodea por todas partes, y sentir ese sabor ácido y agradable que te transporta nuevamente al lugar en donde te encuentras.

Vienen a mis recuerdos, momentos de completa paz en esos días, en los que tumbado sobre esa misma alfombra y arropado por la agradable sombra de un naranjo reposaba relajado contemplando tan armoniosa grandeza, momentos que utilizo continuamente, cuando agobiado por el ajetrear cotidiano me transporto mentalmente a ese lugar en donde encuentro en completa soledad humana la paz necesaria para mantener el día a día.

Sobre mis pinturas y dibujos tengo que especificar que son originales, así mismo, lo son los enclaves en donde se han realizado. Los agricultores que han servido de modelos en las mismas y los paisajes son de las siguientes poblaciones de la Comunidad Valencia-España por orden de preferencia:

Rafelcofer, Beniarjó, Fuente Encarroz, Almoines, Bellreguart, La alquería de la Condesa, Gandía, Oliva, Pego.

 

 Gracias por tu visita


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